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¿Qué es el fentanilo?

Las sobredosis de opioides como el fentanilo matan cada año a miles de personas. En Estados Unidos, muchos pacientes a los que se les recetó para tratar dolores fuertes generan una dependencia por la que acuden al mercado ilegal para conseguirlo
¿Qué es el fentanilo?
Pastillas de fentanilo. Fuente: DEA estadounidense (Flickr)

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El fentanilo es un opioide sintético de fácil fabricación y bajo coste. En su forma recetada se emplea como analgésico para tratar dolencias fuertes, como las derivadas del cáncer o de cirugías, pero se ha popularizado desde el mercado de drogas ilegales como añadido o mezclado con cocaína, heroína u otras drogas. Mientras que los opiáceos son sustancias provenientes de la amapola, los opioides, como el fentanilo, son sintéticos. Es decir, se desarrollan en laboratorios siguiendo la estructura química de los opiáceos.

El fentanilo es entre cincuenta y cien veces más potente que la morfina, por lo cual junto con otros opioides de fácil acceso y alto efecto han provocado miles de muertes por sobredosis. En Estados Unidos, que lidera su consumo, 150 personas mueren al día por sobredosis relacionadas con opioides.

La “droga zombi”, de los laboratorios a las calles

El investigador belga Paul Janssen sintetizó el fentanilo por primera vez en 1960. Durante la década siguiente, este opioide se introdujo primero en Europa como analgésico intravenoso, mientras que Estados Unidos lo aprobó en 1968. Con el tiempo entró al mercado ilegal debido a su fabricación barata, la relativa facilidad de su tráfico y la adicción que generaba en pacientes a los que se les había recetado como analgésico. El fentanilo ilegal se vende en polvo, en envases de gotas para los ojos o en pastillas, simulando los envases de otros opioides recetados. También mezclado con cocaína o heroína, muchas veces sin que los consumidores lo sepan, lo cual supone riesgos adicionales.

El fentanilo es cincuenta veces más fuerte que la propia heroína y hasta cien veces más fuerte que la morfina. Una dosis de sólo dos miligramos puede ser letal, e incluso obtenido con receta médica existe un alto riesgo de abuso y adicción. Sus efectos incluyen, primero, sensación de felicidad extrema, confusión o adormecimiento. Los efectos secundarios son más graves, comenzando por náuseas y sedación, y acabando con tolerancia, adicción, pérdida del conocimiento o incluso paro respiratorio. Por eso se la conoce como “droga zombi”, y es uno de los narcóticos de los que más se abusa en el mundo.

Desde los años noventa, la prescripción médica de opioides en Estados Unidos para tratar dolores fuertes aumentó hasta hacerse rutinaria y problemática. Por ejemplo, la farmacéutica Purdue Pharma se declaró culpable en 2020 de haber engañado al público durante años sobre la dependencia a la oxicodona bajo su marca OxyContin. Esto contribuyó a fomentar una epidemia de muertes por sobredosis de opioides en el país. A su vez, el caso mostró el poder del lobby farmacéutico y la escasa regulación en el sistema sanitario estadounidense. El protagonismo creciente del fentanilo ha vuelto a evidenciar esas carencias, pues muchas personas con receta médica generan una dependencia por la que acuden al mercado ilegal para conseguirlo.

Estados Unidos contra el fentanilo

Estados Unidos ha intentado hacer frente al mercado ilegal del fentanilo. China es el principal productor de sus componentes químicos, por lo que en 2019 el entonces presidente Donald Trump presionó en el marco de la guerra comercial para que controlara su tráfico ilegal. Sin embargo, el resultado fue una mayor exportación a México, donde los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación lo fabrican para su consumo en Estados Unidos. En este contexto, los Gobiernos de Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador firmaron en 2021 el Marco Bicentenario para la Seguridad, la Salud Pública y Comunidades Seguras, que se sumó a otras iniciativas para combatir el narcotráfico. Entretanto, voces republicanas, incluido Trump, han propuesto bombardear el territorio mexicano donde se produce el fentanilo.

La Administración Biden también ha adoptado medidas para contener las muertes por abuso de este opioide. Entre ellas están la venta libre de Naloxona, el principal medicamento para revertir las sobredosis, y 450 millones de dólares en programas para combatir la sobredosis y atender la drogadicción. Por otro lado, se han implantado penas por la posesión ilegal de fentanilo. En Texas, por ejemplo, sólo encontrar trazas de fentanilo puede resultar en una condena de cárcel por delito grave. No obstante, el enfoque de prohibición y de “guerra contra las drogas” ha sido poco efectivo contra esta nueva amenaza nacional, relacionada con una sanidad poco accesible, poca regulación y el poder de la industria farmacéutica.

Celia Hernando

Madrid, 2000. Graduada en Estudios Internacionales por la UAM y Máster en Geopolítica y Estudios estratégicos por la UC3M. Interesada en la geopolítica, la seguridad energética y el proceso de ampliación de la UE.

1 comentario

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    Resulta interesante observar como la adicción al Fentanilo incide en comunidades blancas de clase media y curiosamente mujeres, en contraste con la clásica heroína y su afición por las comunidades negras y pobres del extraradio en los años 80.
    Esto implica la necesaria pregunta…¿Quienes han sido los camellos esta vez?
    Sus médicos.
    Se han llevado a cabo campañas muy agresivas para influir en la prescripción médica por parte de…oh sorpresa, las farmacéuticas, que enarbolaban el estandarte de que el dolor había que tratarlo con la mayor agresividad posible. Esto implica a fármacos como la oxicodona para dolores agudos y autolimitados como un dolor de muelas o una lumbalgia. Una vez finalizada la prescripción, la magia estaba hecha y ahora toca calmar el mono buscando en el mercado negro una oxicodona carísima o…sorpresa de nuevo! fentanilo baratísimo
    J.Salinas. Médico Internista

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