European Scientific Journal October 2015 edition vol.11, No.28 ISSN: 1857 – 7881 (Print) e - ISSN 1857- 7431
EL CONSUMIDOR COMPULSIVO EN LA
CIUDAD DE MÉXICO, DESDE UN ENFOQUE DE
MERCADOTECNIA DE LA SALUD
Dra. Laura Estela Fischer de la Vega
Facultad de Contaduría y Administración UNAM
Mtro. Jorge Ángel Espejo Callado
Instituto Tecnológico Autónomo de México
Dra. Adriana Méndez Wong
Dr. Jesús Francisco Mellado Siller
Universidad Autónoma de Coahuila
Abstract
The consumer’s purchasing behavior is a natural process to satisfy
needs and desires, however, at any given moment the behavior can be
transformed into a pattern of compulsive buying, and when a wild, irrational
or pathological purchase occurs, the responsibility of guiding the marketing
practice to the social field arises. This quantitative-explanatory study aimed
to determine levels of compulsive buying according to the structure of the
measuring scales proposed by Ridgway, Kular & Monroe (Ridgway, 2008)
and Edwards (Edwards, 1992), it included 1,385 participants residents in the
metropolitan area of Mexico City, 60.1% women and 39.9% men, the results
show that in spite the interviewed population stated they are not focused on
buying, characteristics of compulsive buyers were observed in the study.
Keywords: Compulsive buying, Impulse buying, Compulsive Scale
Resumen
El comportamiento de compra de los consumidores es un proceso
natural para satisfacer necesidades y deseos, sin embargo, en un momento
determinado la conducta se puede convertir en un patrón de compra
compulsiva y cuando ocurre una compra desenfrenada, irracional o
patológica surge la responsabilidad de orientar la práctica de la
mercadotecnia hacia el campo social. El presente estudio cuantitativoexplicativo tuvo como objetivo determinar niveles de compulsividad en la
compra de acuerdo con la estructura de las escalas de medición propuestas
por Ridgway-Kular-Monroe (Ridgway, 2008) y Edwards (Edwards, 1992),
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incluyó a 1,385 participantes residentes en el área metropolitana de la Ciudad
de México, 60.1% mujeres y 39.9% hombres, encontrando resultados que
muestran que la población entrevistada dice no estar centrada en comprar,
pero se observa que tiene características de comprador compulsivo.
Palabras claves: Compra Compulsiva, Compra por Impulso, Escala de
Compulsividad
Introducción
Desde hace varias décadas las empresas se preocupan por conocer
con precisión el comportamiento de los consumidores con el propósito de
acercarles sus productos o servicios de la forma más idónea; la conducta del
consumidor es muy compleja, autores como Kotler-Armstrong (Kotler P. A.,
2007), Stanton-Etzel-Walker (Stanton, 2007), Arellano (Arellano, 2002),
Blackwell-Miniard-Engel (Blackwell, 2002), Fischer-Espejo (Fischer, 2011),
Garnica-Maubert (Garnica, 2009), Hawkins-Best-Coney (Hawkins, 2004),
entre muchos otros, han estudiado al consumidor desde el punto de vista de
la mercadotecnia, encontrando una gama de aspectos culturales, sociales, de
personalidad y del medio ambiente, que influyen de diferente forma en el
momento de decidir la compra; entre los consumidores existen aquellos que
consumen de forma responsable, pero existen también quienes compran en
forma tan impulsiva que su conducta llega a convertirse en compulsiva y
termina siendo adictiva, de ahí la importancia de su estudio a través de la
mercadotecnia de la salud.
Marco teórico
La mercadotecnia de la salud se integra de estrategias y tácticas que
pueden aplicarse con éxito en las instituciones de salud y médicas, en este
campo existen dos aplicaciones: la social y la comercial, la mercadotecnia
social para la salud tiene como objetivo central promover la salud pública, la
mercadotecnia comercial para la salud es practicada por inversionistas
privados entre los que destacan médicos, fabricantes de medicamentos,
laboratorios de análisis clínicos y farmacias (Fischer, 2011).
El comportamiento del consumidor se explica cómo los procesos que
una persona utiliza para tomar decisiones de compra, así como para usar y
disponer de los bienes o servicios adquiridos (Lamb, 2006), y se identifica en
el marco de los “actos, procesos y relaciones sociales sostenidas por
individuos, grupos y organizaciones para la obtención, uso y experiencia
consecuente con productos, servicios y otros recursos” (Zaltman, 2003,
citado en Fischer 2011:68 ).
Los factores básicos que influyen en la conducta de los consumidores
son de dos tipos externos e internos, entre los primeros destacan la cultura,
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los valores, los aspectos demográficos, el status social, los grupos de
referencia, y el hogar; entre los segundos están las necesidades, los deseos, la
personalidad, las emociones, las actitudes, los motivos, las percepciones y el
aprendizaje (Kotler P. A., 2007), ambos tipos (externo e interno) no están
separados, por el contrario se entrelazan para definir el comportamiento del
individuo en el momento de elegir un determinado producto.
Cuando se presenta una compra desenfrenada, irracional o patológica,
surge la necesidad de dirigir el estudio de la mercadotecnia hacia el campo
social, entendiendo este constructo como: el uso de conceptos y herramientas
de marketing comercial, en programas diseñados para modificar el
comportamiento de los individuos e incrementar su bienestar y el de la
sociedad en su conjunto (Kotler P. A., 2007)
¿Hasta dónde la compra deja de ser responsable para convertirse en
un problema patológico?, para Natalichio (Natalichio, 2011) “el consumidor
responsable es una persona informada y consciente de sus hábitos de
consumo, además de conocer y exigir sus derechos como consumidor, busca
la opción de consumo con el menor impacto negativo posible sobre el medio
ambiente y con un efecto positivo en la sociedad, esta manera responsable de
consumir se traduce en muchos pequeños actos y decisiones diarias, y puede
llegar a cubrir todos los ámbitos de la vida”.
Russell (Russell W., 1985) y Schiffman-Kanuk (Schiffman, 2005)
estudian el significado trascendente que tiene el resultado de la compra en
los consumidores, y clasifican a los individuos en tres grupos principales; (a)
aquellos que consideran las posesiones como un elemento esencial para su
vida e identidad, (b) aquellos que manifiestan el comportamiento de compra
como una fijación (consumo compulsivo), y (c) aquellos para quienes las
posesiones son algo secundario (consumo responsable).
El comportamiento irracional de consumo empieza con la conducta
de compra por impulso, o brusco ascenso del deseo ante la evocación o
presencia del objeto satisfactorio (Serraf, 1998), habitualmente se le alude
como un comportamiento de compra no razonado, vecino del acto reflejo de
apoderarse físicamente del producto. Los productos de compra por impulso
son aquellos que se adquieren de manera inmediata debido a una necesidad
profundamente sentida, es decir, su compra no está planeada sino que la
decisión se toma en el momento de verlos (Parreño, 2006). Los impulsos son
los caprichos momentáneos, las conductas inerciales, los deseos, la búsqueda
de satisfacción inmediata, hoy sabemos que las motivaciones profundas no
son suficientes para explicar lo que lleva a una persona a consumir o
comprar algo (Otaduy, 2009), ir de compras es una actividad en la que
confluye la búsqueda de productos y la búsqueda de experiencias
gratificantes o hedónicas , (Schiffman, 2005), pero estas razones que
empujan a comprar se encuentran sometidas al dominio de recursos
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disponibles como dinero, tiempo, energía o esfuerzo deseado (Gavilán,
2010).
La palabra compulsión es un término psicoanalítico utilizado por
Freud a propósito de la neurastenia obsesiva, que designa una conducta
provocada por una obligación interna en el trastorno obsesivo-compulsivo; el
concepto “compras compulsivas”, discutible para los psiquiatras, está
justificado si nos referimos a dos de las características que Freud atribuía a la
compulsión: la obligación y la repetición.
Sin ser una compulsión propiamente dicha, la compra patológica
toma de ella determinados aspectos: no es controlable, ni diferible y está
suscitada más por una necesidad interna que por una necesidad objetiva
(Ades, 2003); la compra compulsiva es propia de la obsesión, es un acto
deliberado en exceso, se caracteriza por un conflicto entre ideas
contrapuestas donde una de ellas es considerada como absurda por el
consumidor, que se dice a sí mismo: "no debo pensar en comprar tal
producto/servicio", pero no puede dejar de hacerlo, la consumación de la
compra compulsiva genera culpa, y de ahí viene el concepto de lucha mental,
si el individuo compulsivo no considera absurdo algo, no lucha; el consumo
compulsivo pertenece al ámbito del comportamiento anormal, es un ejemplo
del “lado oscuro” del consumo (Schiffman, 2005), la diferencia entre la
compra impulsiva y la compra compulsiva es la lucha interna que se presenta
en el consumidor compulsivo para no realizarla y la casi imposibilidad de no
realizarla por el consumidor impulsivo.
En resumen, la compra compulsiva es una forma anormal de compra
y gasto en la que el consumidor tiene abrumadoras, incontrolables, crónicas
y repetitivas ganas de hacer compras y gastar. A diferencia de la compra
impulsiva, donde un consumidor hace una compra no planificada (por lo
general de valor relativamente bajo), la compra compulsiva, que funciona
como un medio para aliviar los sentimientos negativos de estrés y ansiedad,
generalmente conduce a severas consecuencias negativas como el
endeudamiento financiero y en el extremo la compra y el gasto se vuelven
adictivos, perturbando gravemente la vida diaria del consumidor (Edwards,
1992).
Dentro de la línea de investigación del comportamiento de consumo
compulsivo, diferentes autores como Rook (Rook D. , 1987), Rook-Hoch
(Rook D. H., 1985) y Weinberg-Gottwald (Weinberg, 1982) han explorado
la compra impulsiva en términos de lo que puede ser conceptualizado más
apropiadamente como un comportamiento de compra compulsiva debido a
las similitudes en rasgos y síntomas de comportamiento obsesivocompulsivo, particularmente por la falta de control de los impulsos.
Ridgway, Kular y Monroe (Ridgway, 2008) proponen una escala que
visualiza el comportamiento compulsivo asociado tanto al desorden control-
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impulso (DCI) como al desorden obsesión-compulsión (DOC) vinculado con
ansiedad, angustia y preocupación.
Faber. O'Guinn y Krych, (Faber R. O., 1987, 1988a, 1988b, 1989,
1992), analizaron la compra compulsiva en su relación con los rasgos de la
personalidad, los patrones de comunicación familiar y las variables
demográficas, los autores desarrollaron un instrumento de diagnóstico para la
medición y clasificación de los compradores compulsivos frente a los
compradores no-compulsivos. Por su parte Edwards (Edwards, 1992) y
Valence-D'Astous-Fortier (Valence, 1988) sugieren enfoques donde
relacionan la compra compulsiva a tres fuerzas: la activación emocional, el
alto control cognitivo y la alta reactividad.
Metodología
Objetivo
Se realizó un estudio de naturaleza cuantitativo-explicativo con el
propósito principal de determinar niveles de compulsividad en la compra, de
acuerdo a la estructura de las escalas de medición propuestas por: Ridgway,
Kular & Monroe (Ridgway, 2008), y por Edwards (Edwards, 1992)
Diseño de la investigación
Muestra. La investigación, de corte transversal (se aplica una sola
vez en el tiempo), utilizó una muestra de 1,385 participantes residentes en el
área metropolitana de la Ciudad de México 60.1% mujeres y 39.9%
hombres; tomando la población de cada estrato se determinó el número de
encuestas a realizar por rango de edades, como se muestra en la tabla 1
(Babbie, 1988) y (Scheaffer, 2007)
Instrumento de Medición. El instrumento utilizado es un
cuestionario compuesto de siete ítems, correspondientes a la escala de
Ridgway, Kular y Monroe (Ridgway, 2008), y un segundo bloque con seis
ítems de identificación sociodemográfica. El cuestionario se diseñó con una
escala 1 al 7 tipo Likert, en donde 7 significa “totalmente de acuerdo” y 1
“totalmente en desacuerdo”, ver tabla 2.
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Tabla 1. Estratificación de la muestra (elaboración propia)
Rango de edad
Población 27
No. de encuestas
10 a 14 años
660,345
123
15 A 19
723,372
133
20 A 24
753,404
137
25 A 29
726,698
133
30 A 34
702,642
129
35 A 39
722,214
133
40 A 44
629,563
117
45 A 49
555,481
104
50 A 54
506,310
96
55 A 59
392,186
75
60 +
1,201,674
205
Total
7,573,889
1,385
Análisis estadístico. Este está formado por tres apartados, el primero
consistió en el análisis del perfil demográfico de la muestra; en el segundo se
realizó un análisis del nivel de compulsividad con el fin de señalar su
posición a lo largo del continuo propuesto por Edwards (Edwards, 1992), y
el tercero analizó la correlación (Producto-Momento de Pearson) entre los
ítems de la escala de Ridgway, Kular y Monroe (Ridgway, 2008).
Tabla 2 Instrumento de medición
Dimensión
Escala
Ítem
En mi closet hay bolsas con
compras que he realizado aún sin
abrir.
2. Mis conocidos me han llamado
“comprador compulsivo”
3. Una buena parte de mi vida se
centra alrededor de comprar cosas
4. Compro cosas que no necesito
5. Compro cosas que no tenía
planeado comprar
6. Me considero un comprador(a)
compulsivo(a)
7. Cuando hay ofertas: compro los
productos aun y cuando no los
necesite
1.
Escala de control-impulso
y obsesión-compulsión
Escala de Ridgway, Kular y
Monroe (Ridgway, 2008)
Edwards (Edwards, 1992).
Hallazgos
Perfil demográfico de la muestra
Participantes en el estudio: 60.1% mujeres y 39.9% hombres; 54.5%
son personas solteras, 41.3% son casadas y 4.2% reporta otro estado civil;
por lo que refiere a la ocupación, el 38% está empleado, el 15.7% es
profesionista independiente, el 14.2% se ocupa en el hogar, el 13.6% es
desempleado y el 18.6% son estudiantes; en cuanto a la educación 6.1%
27
INEGI, Censo poblacional 2010, Distrito Federal,
106
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cuenta con primaria, 18.1% con secundaria, 27.7% con preparatoria o carrera
técnica, 20.9% con licenciatura incompleta, 24% con licenciatura completa y
2.9% con estudios de posgrado; finalmente, de las diez y seis delegaciones
políticas del Distrito Federal, dos destacan en su participación, la delegación
Coyoacán con el 18.6% y la delegación Iztapalapa con el 13.1%, el resto de
las delegaciones registra una participación promedio de 4.9%.
Nivel de compulsividad de la muestra
El Continuo de Compra Compulsiva desarrollado por Edwards
(Edwards, 1992) permite clasificar a los consumidores según el nivel de
compulsión en la compra, y puede también ayudar a estimar mejor la
proporción de compradores compulsivos o casi compulsivos de una muestra,
el continuo está construido con cinco niveles de compra: normal,
recreacional, frontera, compulsividad y adicción; los promedios obtenidos en
cada una de las escalas se muestran en la tabla 3.
Como se puede apreciar en la tabla 3, los consumidores del Distrito
Federal declaran mantener un comportamiento de compra “Frontera”,
pudiéndose entender esto como el abandono del consumo recreacional
(impulsivo) para dirigirse al consumo compulsivo; al separar los ítems de la
escala de Ridgway en los subgrupos Obsesión-Compulsión y ControlImpulso, se obtienen respectivamente los promedios 2.6 y 3.2, este último
valor es congruente con una postura de compra “frontera”.
Solo el 13.6% de la muestra acepta como propia la conducta de
compra compulsiva (Two Top Boxes a la pregunta: “En mi closet hay bolsas
con compras que he realizado aún sin abrir”), el 67.7% son mujeres, el
57.1% son personas solteras, el 65.6% están entre los 31 y 78 años de edad,
el 32.3% son empleados, y el 51.9% cuenta con estudios de educación
superior.
Solo el 9.8% reconoce que sus familiares y amistades lo identifican
como un comprador compulsivo (Two Top Boxes a la pregunta: “Mis
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conocidos me han llamado comprador compulsivo”), el 69.1% son mujeres,
el 66.2% son personas solteras, el 61.8% están entre los 31 y 78 años de
edad, el 32.4% son empleados, y el 50.7% cuenta con estudios de educación
superior.
Solo el 10.2% se reconoce así mismo como un comprador
compulsivo (Two Top Boxes a la pregunta: “Me considero un comprador(a)
compulsivo(a)”), el 65.2% son mujeres, el 61.7% son personas solteras, el
66.7% están entre los 31 y 78 años de edad, el 33.3% son empleados, y el
49.6% cuenta con estudios de educación superior.
Correlación Producto-Momento de Pearson
Se realizó un análisis de correlación Producto-Momento de Pearson
con alfa de 0.05 en las variables de comprador compulsivo de la escala de
Ridgway, Kular & Monroe (Ridgway, 2008), los resultados encontrados se
muestran en la tabla 4:
P1
P2
P3
P4
P5
P6
P7
P1
P2
P3
P4
P5
P6
P7
P1
----
Items de la escala de Ridgway, Kular y Monroe (2008)
P2
P3
P4
P5
P6
0.467
0.394
0.335
0.296
0.312
---0.550
0.445
0.419
0.589
---0.404
0.371
0.507
---0.603
0.500
---0.451
----
P7
0.367
0.447
0.458
0.459
0.486
0.510
----
En mi closet hay bolsas con compras que he realizado aún sin abrir.
Mis conocidos me han llamado “comprador compulsivo”
Una buena parte de mi vida se centra alrededor de comprar cosas
Compro cosas que no necesito
Compro cosas que no tenía planeado comprar
Me considero un comprador(a) compulsivo(a)
Cuando hay ofertas: compro los productos aun y cuando no los necesite
Tabla 4. Elaboración propia
Se observa en la tabla 4 que hay correlación significativa de la
variable “Mis conocidos me han llamado comprador compulsivo” con las
variables “Una buena parte de mi vida se centra alrededor de comprar cosas”
r=.565, y “Me considero un comprador(a) compulsivo(a)” r=.592; así mismo
hay correlación significativa de la variable “Compro cosas que no necesito”
con “Compro cosas que no tenía planeado comprar” r=.601; finalmente
también se observa correlación significativa entre las variables “Me
considero un comprador(a) compulsivo(a)” y “Cuando hay ofertas: compro
los productos aun y cuando no los necesite” r=.513
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Conclusion
De lo expuesto en los párrafos precedentes se puede concluir que
alrededor del 11% de las personas participantes en el estudio reconocen estar
involucradas en compras de naturaleza compulsiva, que esta conducta es más
femenina, propia de personas solteras, mayores a 31 años de edad,
empleados y con estudios de educación superior
Los resultados nos muestran que en general, la población entrevistada
no se considera comprador por impulso y dice no estar centrada en comprar,
pero se observa que la población tiene características de comprador
compulsivo ya que evalúa alto las respuestas a las variables que así lo
sugieren. La persona que realiza más compras de ofertas que no necesita y
además compra productos no planeados y cosas que no necesita,
generalmente es llamada por otras personas comprador compulsivo, y casi
siempre ha recibido más veces este calificativo.
Consideraciones futuras
El estudio de las compras compulsivas requiere de mayor
profundidad, los resultados del presente estudio sugieren la realización de
estudios posteriores, ahora tomando como base las escalas de: (a) Faber,
O'Guinn y Krych (Faber R. O., 1987, 1988a, 1988b, 1989, 1992) en donde se
analiza la compra compulsiva en su relación con los rasgos de la
personalidad, los patrones de comunicación familiar y variables
demográficas, y de (b) Valence, D'Astous & Fortier (Valence, 1988), cuya
escala permite medir y clasificar a los compradores compulsivos frente a los
compradores no-compulsivos.
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