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Sobredosis de drogas con fentanilo: el nuevo asesino de jóvenes. Ha causado el 66% del total de muertes en 2.021 en EU.

02 Agosto de 2023 10.09

La muerte encendió las alarmas en Estados Unidos y el mundo. La sospecha se confirmó: fallecimientos ocasionados por sobredosis de fentanilo. La droga que -según la CDC, Centro Nacional de Salud- figura hoy como la principal causa de muerte en jóvenes de 18 y 45 años. Las muertes por sobredosis, que involucran al fentanilo, han sobrepasado los 71 mil en 2.021, multiplicando por 4 las muertes en los últimos 5 años. 

Los fallecimientos se han incrementado sobre todo a partir de la pandemia. En el año 2.022 la cifra aumenta cerca de un 2% con relación a 2.021. Dos tercios de las muertes incluyen fentanilo, que se encuentra a menudo junto a otras drogas. El fentanilo estuvo involucrado en unas 22 muertes por cada 100.000 personas. Según la CDC, más del doble que las tasas de mortalidad por metanfetamina o cocaína y 7 veces mayor que las producidas por la heroína… EU decomisó en 2.022 cerca de 379 millones de dosis potencialmente mortales, número mayor a su población.

El fentanilo es un opioide artificial, sintetizado en laboratorio. Su estructura química es similar a otros opiáceos, como la morfina, pero con modificaciones que le confieren una mayor potencia: 50 veces más que la heroína y 100 veces más que la morfina. Para una dosis letal, bastan 2 miligramos de fentanilo, un equivalente aproximado a 15 granos de sal de mesa.

Los parecidos con la heroína -aparte de la potencia y el riesgo- son varios: alivio del dolor, sedación, somnolencia, euforia, estreñimiento, depresión respiratoria, riesgo de sobredosis. Las diferencias: el fentanilo es un medicamento legal ultra potente, y la heroína una droga ilícita. 

El fentanilo farmacéutico se utiliza para tratar el dolor intenso en situaciones médicas críticas, como cáncer o tratamientos postoperatorios. Su acción es rápida, produce efectos analgésicos casi inmediatos, lo que lo hace muy útil. Su acción es relativamente corta en comparación con otros opiáceos. En situaciones normales, su acción dura entre una y dos horas.

Se administra de varias formas, siendo la más común la pastilla. También se usa vía intravenosa, parches en la piel, vía intranasal, sublingual o bucal. Las pastillas fabricadas son muy similares a medicamentos recetados legalmente –OxyContin, Percocet y Xanax-. Se producen ilícitamente pastillas de colores y formas diversas, tipo caramelo, para una apariencia menos peligrosa y atractiva (fentanilo arcoíris). 

Los efectos secundarios del fentanilo, son la depresión respiratoria, vómito, nausea, mareo y estreñimiento. Puede generar tolerancia y dependencia. El consumo no controlado incrementa el riesgo de sobredosis e incluso la muerte.  Las pastillas falsas en encuentran fácilmente en las redes sociales. Pruebas de laboratorio realizadas por la DEA (Agencia antidrogas de EU) en 2.022 revelaron que 6 de cada 10 píldoras falsas con fentanilo contenían una dosis potencialmente letal.

Según la DEA, en la producción ilícita en masa del fentanilo están involucrados los carteles de droga mexicanos, Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Trabajan con sustancias químicas procedentes sobre todo de China. El precio es menor en relación a otras drogas. 

 

COMPLEJO PERO NO IMPOSIBLE

Las soluciones a este túnel mortal del fentanilo son difíciles, estructurales, de mediano plazo. Comprometen a actores del estado y la sociedad a nivel local, nacional e internacional. Suponen visiones integrales y multisectoriales. Demandan estrategias de prevención y de atención. 

En el campo de la prevención se precisa articulación de múltiples sectores.  La educación y las campañas de comunicación -sobre riesgos y efectos- son las respuestas más sólidas a mediano plazo. Es indispensable la información completa y la sensibilización en centros educativos, en comunidades, en población joven, en sectores vulnerables, en la población en general.

Otra línea clave es el fortalecimiento de las investigaciones en diversos colectivos para afinar los diagnósticos y tratamientos. Y una tercera línea, de carácter policial, consiste en el decomiso oportuno de precursores y drogas antes de que ingresen en circulación. Cortar las líneas de suministro y blindar las zonas y poblaciones más vulnerables y consumidoras. 

En el lado de la atención, la medida central es el desmantelamiento de bandas, sistemas de lavado y cadenas de distribución de las drogas. Medida compleja por la capacidad de mutación de las bandas y sus respaldos internacionales. Esta lucha será imposible de ganar si no se articulan esfuerzos de varios países.   

Otras medidas adicionales: mejoramiento de las labores de inteligencia, tratamientos integrales y rehabilitación de adictos, controles en la prescripción médica de sustancias sensibles como fentanilo. El tiempo apremia. La muerte acecha. (O)

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